agradecimiento

AL DESNUDO

“Y a ti que sueñas, ¡Te Admiro! tus sueños dan esperanza, inspiran, hacen sonreír al universo y crecer a la humanidad.”

AL DESNUDO Tanto tu como yo lo hemos experimentado, esa ducha matutina, momento de absoluta intimidad, nuestros cuerpos desnudos, ojos cerrados y el disfrute del agua que en compañía de nuestras mano acarician nuestros cuerpos, una sensación que nos hace relajar, durante algunos minutos nuestros comportamientos y actitudes aprendidas se colocan en “pausa” y entramos en contacto directo con la verdadera y mas sublime desnudez: la conciencia plena de nuestro existir… Pensamientos, reflexiones, dolores y temores, orgullos y complejos, excitación y placer. Al desnudo, somos sencillamente hombre y sencillamente mujer.

En esta intimidad no existen mascaras, no hay jerarquías, ni distinciones de razas, ni condición social, tan solo la oportunidad, si así lo deseamos, de disfrutar de la mas exquisita sensación que cada ser humano es capaz de experimentar… la sensación de estar vivos.

Al desnudo nos liberamos o cambiamos los trajes que definen nuestro diario convivir, el ejecutivo exitoso da lugar al esposo y al padre preocupado por mantener el “status” y las apariencias en su hogar o viceversa. La ejecutiva calculadora y exigente se prepara para ser la madre generosa o la esposa ejemplar o la mujer sexy dispuesta a amar -y deseosa y merecedora de sentirse amada también-

Al desnudo el que poco tiene todo lo desea, y el que mucho posee tiene miedo de perder. Al desnudo, de jóvenes pensamos que aun tenemos mucho tiempo, años más tardes comenzamos a vislumbrar con temor el camino a la “vejez” y sentimos temor por todo lo que aun no hemos logrado realizar.

Al desnudo; mis amigos, mis amigas, sencillamente somos iguales, buscamos seguridad, aceptación y éxitos, añoramos en nuestras vidas amor y felicidad. Compartimos los mismos miedos de no estar a la altura, de ser traicionados, de que nos falte coraje para ser consistentes en nuestro caminar...

Y mientras tomamos conciencia de esto, el universo revela ante nosotros una maravillosa oportunidad, una certeza que transmite orgullo; orgullo de que estamos a la altura de todos aquellos que admiramos o que son imagen de cuanto en la vida queremos alcanzar, tanto de nuestro tiempo presente como del pasado, y que si ellos fueron capaces nosotros también lo podemos lograr, poseemos el mismo equipo y mayor conocimiento, mejores maneras de hacer fluir la información y convertirla en sabiduría, mejores herramientas para lograr apoyo, para creer en nosotros mismos y no desmayar.

Y también la oportunidad de ser humildes, de saber que en este universo lo más importante no es lo que traemos puesto, ni aquello de lo que nos podemos vanagloriar, sino la riqueza de nuestras almas, de nuestros pensamientos y emociones, esa riqueza que llevamos en el corazón.

Y es aquí donde reside nuestro verdadero poder, en esa capacidad de autoconocimiento que nos da confianza en nosotros mismos e incrementa la fe en nuestros talentos y dones, en nuestras fortalezas y habilidades, sin descuidar la humildad que ante las tribulaciones debemos conservar en nuestros corazones, para librarnos así de creencias autodestructivas, de rencores o conductas negativas con las cuales tan solo se consigue que cerremos los ojos a las verdaderas oportunidades y alternativas de atraer a nuestras vidas fuentes vivas de amor, éxito y felicidad.

Al desnudo podemos ampliar nuestra mirada y observar un mundo en el cual las injusticias, las tragedias y demás sentimientos que nacen de esa parte mezquina y sombría de la naturaleza humana parecen estar triunfando, y sentimos frustración e impotencia, si reducimos los límites de ese horizonte encontraremos a nuestro país, a medida que cerramos vemos nuestra ciudad, nuestro circulo laborar, nuestras amistades y familiares, y en cada nivel eventos que transmiten decepciones y desalientos, y en el centro de todo, a nosotros mismos; visualizándonos de esa manera podemos percibirnos como el núcleo, la parte central, lo más poderoso y determinante para el funcionamiento adecuado de ese gran sistema llamado humanidad. Unidos por hilos invisibles somos al mismo tiempo una especia de emisores y receptores de la energía que sustenta la vida, y alimenta nuestras realidades, con la enorme ventaja de que  ahora tenemos conciencia de que lo que emitimos es determinante sobre aquello que recibimos, ley de vida que podemos o no aprender a utilizar, es nuestro el poder de elegir.

Me continúo duchando, y duchándome sonrío, al desnudo me admiro soy un hombre completo con un alto nivel de conciencia de cuanto puedo aportar para mi propio crecimiento y desde allí para el crecimiento de los demás, y en el trayecto disfrutar el camino ¿Por qué quejarme tanto? ¿Por qué tantas excusas? ¿Por qué enfocar mis pensamientos y mis fuerzas en aquello que quizá, esta utilizando como estrategia el distraerme para no permitir que yo adquiera plena conciencia de mis fortalezas y mi gran capacidad? ¿Por qué no asumir con coraje las riendas de mi destino? ¿Porque no actuar?

Es hora de vestir de gala nuestros pensamientos y nuestro corazón, una gran aventura nos espera, esa divina aventura de vivir. Un Ser maravilloso nos dio la vida, fuente inagotable de Amor y Generosidad, es nuestro compromiso agradecerlo de la manera que seguro estoy el desea que expresemos nuestra gratitud: Disfrutándola con amor, con confianza e intensidad.

“Estoy convencido de que en este día soy dueño de mi destino, que la tarea que se me ha impuesto no es superior a mis fuerzas, que sus acometidas no están por encima de lo que yo pueda soportar, mientras tenga fe en mi causa, y una inquebrantable voluntad de vencer, la victoria siempre estará a mi alcance.” Sir Winston Churchill

Un abrazo, muchas gracias y recuerden: ¡A Pensar en Grande!!! Vale la Pena.

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