¿TIENES TU FE?

Tú tienes fe; tenla contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba.
San Pablo Apóstol

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Venezuela y su gente… un país hermoso, con recursos, hombres y mujeres de inmenso potencial para crecer en prosperidad, ser felices y compartir esa felicidad; elevo la vista al cielo, y perdiendo la vista en el horizonte percibo con una sonrisa e satisfacción que no estamos solos en esta bendición, nos rodean países como Brasil y Colombia, poseedores también de enorme riquezas, tanto en lo material como en lo humano, tanto en lo intelectual como en lo espiritual, y viene a mi mente tantos otros países, a los cuales he viajado a través de los ojos de personas que de una manera u otra han interactuado conmigo desde que tengo este acogedor espacio, y me emociona pensar en cuan capaces somos los hombres y mujeres de distintas latitudes de superar barreras, de alcanzar triunfos y compartirlos, de hacer inspirar, reír, soñar y motivar, incluso, hacer nacer el amor en nuestros corazones. Personas inteligentes, sensibles y creativas en Perú, Argentina, México, Republica Dominicana, en Cuba, en Puerto Rico, en los Estados Unidos, en mi querida España, y en cada uno de los países que albergan en su seno este enorme conjunto de seres únicos denominados “seres humanos”, y me pregunto, y al mismo tiempo me disculpo por mi ignorancia, ¿Quién acuñaría este absurdo termino que en sus inicios se interpretaba como “animal racional”?

Y me explico:

¿Recuerdan ustedes aquel cuento famoso del águila que nació entre incubada por gallinas, y que se pasaba el día picoteando y escarbando el suelo, admirándose siempre de que otras aves podían volar pero sin cuestionarse jamás si ella podría hacerlo pues quienes le rodeaban estaban convencidos y le decían que no se atraviese a soñar pues tan solo era una gallina?

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Me pregunto entonces, ¿Por qué si tu y yo somos tan talentosos? ¿Por qué si estamos rodeados de tantas oportunidades y recursos? ¿Por qué existe tanta carencia a nuestro alrededor, en nuestros paises, y sobre todo, en nosotros mismos?

¿No será acaso que estamos marcados por el estigma de que tan solo somos “animales racionales”?, ¿Podría ser acaso que hemos perdido lastimosamente la fe en nosotros mismos y en nuestras capacidades?

Esta entrada debió llamarse, para seguir la secuencia de las anteriores, Bailando con el éxito al ritmo de la fe, pues es este la fe, el quinto y ultimo aspecto que a mi consideración, después de el sexo, el amor, nuestras relaciones con los demás y el dinero, debemos tener en cuenta para acércanos mas efectivamente a los resultados verdaderamente exitosos de cuanto proyecto emprendamos en nuestras vidas. Pero preferí compartir con ustedes una pregunta que durante mucho tiempo me hice, y que aun hoy esta presente en mis pensamientos, pero con un matiz diferente, pues ahora no es una pregunta que me frene, sino mas bien que me impulsa, y me ayuda a replantear mis actitudes, y seguir adelante con mayor confianza en mi mismo, en mis talentos y mis posibilidades, con mayor fe en mi mismo pues entiendo, que nosotros no somos parte de el universo, ¡Nosotros somos el universo!

Somos seres perfectos, un verdadero milagro de la creación, capaces de superar incluso cualquier limitación, cuando de verdad así lo deseamos. ¿Pero sabes? Mi país y el tuyo, nuestro entorno, nuestra propia existencia no es mejor, mas prospera, rica y feliz, en todos los sentidos, porque no nos creemos que podamos lograrlo, porque nos consideramos gallinas en lugar de águilas, porque nos consideramos “animales racionales” en lugar de seres maravillosos creados a la imagen y semejanza de un Ser Supremo portador de la fuente misma del mas puro, supremo y verdadero amor; con inmensidad de talentos, virtudes y dones. Y tan triste es esta realidad, que cuando alguien se atreve a desarrollar y explotar sus dones de inmediato es etiquetado por los “seres humanos normales” como "fenómeno", "poseído" o peligro potencial para el resto de la raza humana, pues, a mi manera de ver las cosas, es mas conveniente para las instituciones, incluyendo en esto a todas las iglesias y religiones, mantener al hombre y la mujer en ignorancia con respecto a todo el poder que en cada uno de nosotros reside y que somos capaces de utilizar para el crecimiento pleno y constante de nuestras sociedades

Sempre me gusta decir: “La fe es ese pedacito de Dios que todos llevamos dentro”, pues la chispa divina de la creación esta dentro de cada uno de nosotros, y es a través de la fe que se manifiesta… Jesucristo nos lo dejo dicho en cantidad de mensajes, San Pablo Aposto también, y en el mensaje original de cada tendencia religiosa existente la necesidad de creer en nosotros mismos es protagonista; pero ese mensaje no se nos transmite como es debido, en su lugar la imagen de sometimiento, de miedo, de culpa, se ha instalado en nuestros corazones, sin darnos cuenta por ello, de que somos Águilas y no gallinas, de que debemos creer en nosotros mismos, porque al hacerlo primero que nada honramos nuestra existencia en este plano existencial, y la hacerlo, entramos en contacto directo y armonioso con la Fuerza Creadora que nos ha dado la vida y que siempre esta presente aunque hayamos decidido no creer en El. En lo particular no creo en las religiones, pero si en la existencia y la presencia perenne de Dios en nuestras vidas, y si me preguntan, ¿Cual es la manera de lograr un contacto directo con El y con todo nuestro potencial divino? Un "número" de dos dígitos… ¡FE !

Tener fe implica autoestima, respeto, alegría, entusiasmo, y muchas otras positivas emociones que no debemos dejar de sentir y dejar que pasen a formar parte de nuestras vidas, el mas sabio consejo que jamás nadie nos pueda dar para lograr cuanto queramos, ¡Tener Fe en nosotros mismos!, estoy convencido de que aquí esta la llave, que nos acerca a descubrir la razón de nuestro existir y a partir de allí, disfrutar intensamente cada momento de nuestras vidas, y los pequeños milagros que cada momento nos obsequia.

Un abrazo, muchos éxitos y bendiciones y recuerda: Piensa en Grande, ¡Vale la Pena!

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