BAILANDO CON EROS.

Atendiendo a la petición expresa de nuestro adorable amigo Nelson, he aceptado con una sonrisa en los labios asistir al "Baile del Amor" que hoy nos congrega en ésta, su casa. Como me he desplazado desde tan lejos, he venido acompañada de una gran amiga que se ha mostrado interesadísima en conocer a nuestro anfitrión y su maravilloso país, estoy segura de que será acogida con el mismo cariño y afecto con el que siempre me ha agasajado a mí.
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Es un honor indescriptible encontrarme inmersa en este gran salón rodeada de tanta gente, de todos sus amigos, más de dos centenares de personas de las cuales conozco apenas un ramillete. Espero estar a la altura y llegar hasta todos y cada uno de ustedes. Comienza la música y con ella el momento de abrir el baile.

Según algunos estudios realizados por neurólogos y científicos americanos "El amor no se registra como un sentimiento tal y como lo hace el odio o la alegría, sino como una necesidad, es decir, se presenta de manera muy similar en el cerebro a como lo hace el hambre". Luego entonces, podemos afirmar que el amor no es un sentimiento, sino una necesidad. A partir de ahí se nos abre un colorido abanico con un número indeterminado de manifestaciones amorosas. Amor filial, platónico, fraternal, universal, a una deidad, a los animales, romántico,...existen tantas manifestaciones amorosas y con tantos matices como corazones hay en este mundo. Pero ¿Qué es el amor? Muchos han sido los filósofos, sociólogos e intelectuales que han definido con más o menos gracia y acierto esta "necesidad humana", sin embargo a mí me fascina una reseña que tiene al respecto la mitologia griega y que dice así:
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Eran tres los sexos: lo masculino era en un principio descendiente del sol; lo femenino, de la tierra; y lo que participaba de ambos, de la luna. Y precisamente, como la luna, eran circulares ellos mismos y su manera de avanzar. Eran, pues, terribles por su fuerza y su vigor y tenían gran arrogancia, hasta el punto de que atentaron contra los dioses. Entonces Zeus y los demás dioses deliberaron y se encontraban ante un dilema, ya que ni podían matarlos ni hacer desaparecer su raza, fulminándolos con el rayo como a los gigantes - porque entonces desaparecerían los honores y sacrificios que los hombres les tributaban -, ni permitir que siguieran siendo altaneros.
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Tras mucho pensarlo, al fin Zeus tuvo una idea y dijo: "Me parece que tengo una estratagema para que continúe habiendo hombres y dejen de ser insolentes, al hacerse más débiles. Ahora mismo, en efecto -continuó- voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más útiles para nosotros, al haber aumentado su número. Así pues, una vez que la naturaleza de este ser quedó cortada en dos, cada parte echaba de menos a su mitad, y se reunía con ella, se rodeaban con sus brazos, se abrazaban la una a la otra, anhelando ser una sola por naturaleza. Desde hace tanto tiempo, pues, el amor de unos a otros es innato en los hombres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos. Así pues, cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos a separarse.
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Mi punto de vista apunta directamente a la manifestación del amor de pareja como el que realmente nos expone a la más violenta explosión de sensaciones, de dependencia... Ese amor romántico que nos vuelve totalmente vulnerables, que nos desarma, que es capaz de acelerar nuestras pulsaciones y debilitar nuestras piernas. Que nos ocupa el pensamiento cada minuto del día, y que nos da el impulso necesario para saltar la misma valla que tiempo atrás era impensable rebasar. Nada comienza con más emoción y esperanza que el amor, pero también cuando acaba, nada lo hace con más frustración y tristeza. La pareja es un rompecabezas emocional que, aunque sólo tiene dos piezas, resulta difícil encajar.
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Cuando paseo a través de los blogs, en algunos explicitamente y en otros leyendo entre líneas, puedo casi palpar el gran sufrimiento al de están sometidos sus autores precisamente por ser víctimas del desamor. El dolor y sentimiento de soledad es directamente proporcional al goce y placer que experimentaron con sus parejas. El sufrimiento amoroso es universal y el proceso se asemeja al duelo por la muerte de un ser querido. La psicoanalista Mariela Michelena en su libro, Mujeres Malqueridas, dijo: "La separación casi nunca se produce con un corte límpio de bisturí, porque las parejas están pegadas con chiche y cuando consiguen despegarse por un lado, ya están pegadas por el otro". Este "duelo" sólo se supera con más dolor, quiero decir, hay que sufrir para dejar de sufrir, a veces algunas personas necesitan sentir el fondo bajo sus pies para sentir que han caído totalmente y que a partir de ahí , sólo les queda emerger. Es muy humano sentirse morir tras un abandono, claro que no se reacciona de la misma manera, abandonando que siendo abandonado.
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De todas maneras, este es un mensaje para tod@s los que se encuentren sumidos en tan amargo trago: A pesar de todo, hay esperanza. Según una investigación de la Universidad de Virginia, EE.UU., el final de una relación es mucho menos devastador emocionalmente de lo que la gente piensa. Su estudio descubrió que los que dicen estar profundamente enamorados son los que más sobrevaloran la desesperación que podría causarles la ruptura. Sin embargo, en la realidad, la angustia que sintieron fue mucho menor a la tragedia emocional que habían previsto. Después de un tiempo, todos superan la crisis y reconocen que lo mejor es romper el vínculo que no funciona, aunque deba soportarse un cierto grado de sufrimiento. Por eso no tiene sentido que, para evitar ese dolor, ciertas personas sigan manteniendo relaciones con un coste emocional mayor que el de la ruptura. Hay tres maneras de sufrir: la que sirve para dejar de sufrir, la que no sirve para nada y con la que se está peor”. ¿Cuál elegimos? En definitiva, el sufrimiento amoroso tiene un límite y se acaba pasando.

Esta es otra perspectiva del amor, es la cara menos atractiva de Eros, he querido resaltarla a modo de ayuda, dirigirla a todos aquellos que sufren por amor, ya sea porque no son correspondidos, porque aman en silencio o porque viven un amor imposible...

Antes de concluir me gustaría mostrarte mi total satisfacción por los gratos momentos pasados Nelson, la amistad es otra variante del amor y en este momento y con esta música de fondo te digo:

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